viernes, 24 de abril de 2009

El día 28

Magdalena siempre sentía susto alrededor del  28 de cada mes.  Contaba cada día que pasaba con creciente temor.   Temor, acentuado por cambios que solo podía explicar del modo mas funesto.  Ella, la niña perfecta, era coqueta, atlética y vivaracha.  Y como correspondía vivía en casa con su familia, la que depositaba en ella todas las ilusiones de la hija única, la menor de 5 hermanos mayores todos varones. 

 La niña perfecta pasó así muchos sustos en silencio, nunca aprendiendo a tener sentido común, y mucho menos a tomar precauciones que le evitaran tanto sobresalto cada mes.  Con lo que siempre consideró como suerte, cumplió todas las esperanzas de sus padres.  Se paseó por la nave central de la Catedral cubierta por un largo velo, vestida de blanco virginal y su rostro delirante de felicidad, agració todas las páginas sociales. 

Pero eso fue mucho tiempo atrás.  Hoy Magdalena aún espera el día 28, no con susto sino con ansias.  Ansias que se convierten en tristeza, de manera regular y segura.   Ahora cuenta los días y también los meses, meses que se convierten en años y con cada llegada del día 28, piensa que no solo ha perdido el susto, sino también la esperanza.

Arbol

Arropados por un cielo

plomizo, espeso y pesado

Somos una gris planicie,

sembrada de cauces secos

Ya no nos divide en norte y sur

la cordillera central.

Costas antes doradas

ya no se bañan en aguas azul zafiro

ni las protege el coral.

Solo queda un árbol, inmemorial.

Bajo su sombra se escucha rumorar

Roble, maga, tulipán.

Uva, almácigo, maguey,

Eucalipto, naranja, ilán-ilán

Algunos enloquecen

tratando de recordar

lo que entre hojas oyen susurrar

Yagrumo, úcar, flamboyán,

Casuarina, caoba, cupey

Frangipany, níspero, guayacán

Dicen que el árbol está embrujado

Cuajado de palabras ancestrales

Que no sabemos descifrar

Ortegón, marañón, anón

Guanábana, guamá, capá

No saben que es el árbol apocalíptico

el verde murmullo, eco del tiempo

Jacaranda, jobo, jasmín,

recita cada nombre mítico.

Lirio, lila, lima,

reza la última letanía

la historia de nuestro fin,

historia escrita entre

la bambúa y la peronía..