Tímido erizo.
El día se revela
a paso propio.
.
lunes, 31 de marzo de 2014
domingo, 30 de marzo de 2014
sábado, 29 de marzo de 2014
viernes, 28 de marzo de 2014
miércoles, 26 de marzo de 2014
martes, 25 de marzo de 2014
lunes, 24 de marzo de 2014
Cuando despertó
Cuando despertó el
dinosaurio aún estaba allí. Algunas mañanas lo encontraba asomado por el
marco de la ventana, otros lo veía del otro lado del espejo del baño y una que
otra vez lo había sorprendido en el fondo de la taza de café. Estaba
acostumbrado a su ritual mañanero y lo olvidada según empezaba las actividades
normales de su día.
En los pasados meses, había comenzado a ver al
dinosaurio fuera de su casa. Lo encontraba esperándolo en la estación del tren,
atisbándolo detrás de los edificios, en
el perfil de las montañas que se veían desde su oficina, en el mercado, disimulado
entre las frutas y vegetales, y de seguro que lo vio entre las ramas del mangle
mientras caminaba por el parque. Le
parecía tan normal que lo había comentado con una guapa chica que se le sentaba al lado en el
tren y con sus compañeros de trabajo en la cafetería. Todos lo habían mirado con extrañeza y notaba
como desde entonces lo evitaban. Secretamente
comenzó a desear que el dinosaurio desapareciera.
Esta mañana abrió los ojos y se encontró rodeado de
grandes árboles de helecho. El aire se
sentía pesado, húmedo y lleno de ruidos extraños. Los volvió a cerrar apretadamente, mientras se repetía: ‟Cuando despierte que el
dinosaurio este ahí”.
Versión 2
domingo, 23 de marzo de 2014
sábado, 22 de marzo de 2014
viernes, 21 de marzo de 2014
jueves, 20 de marzo de 2014
miércoles, 19 de marzo de 2014
domingo, 16 de marzo de 2014
sábado, 15 de marzo de 2014
viernes, 14 de marzo de 2014
Tu dulce nombre
Juan Calalú no sabía cuando la señora de
extraña y graciosa figura se había mudado al apartamento de al lado. Era tan rara que nadie conocía su
nombre. Un día Juan la trajo hasta la
puerta con la excusa de buscar una taza de azúcar negra. Luego de los saludos de obligación y sin
darle su nombre ella le contestó:
̶ Te doy azúcar,
con mucho gusto, si sabes mi nombre.
Juan Calalú se moría por el azúcar de la
señora de graciosa figura, pero no sabía que contestar. Revisó la basura por cartas descartadas y
hasta veló al cartero a ver si le dejaba algo nuevo. Preguntó entre los vecinos,
pero nadie sabía nada. En el bar de la esquina, entre cervezas,
encontró a un amigo que ya no vivía en el barrio y que se le acercó preguntando:
̶ ¿Pero por qué
tan triste Juan Calalú?
̶ Por qué no he
podido averiguar el nombre de la señora que se ha mudado al apartamento al lado
mío y me muero porque me ha ofrecido un poco de azúcar si lo descubro.
El amigo lo escuchó describirla
incluyendo todos los detalles de su graciosa figura y extraño comportamiento.
̶ Mira acá Juan,
cuando la veas dile… ̶ le dijo susurrándole ̶ Pero no te olvides de contarme como te va.
Juan regresó a la puerta de la vecina y
tocó el timbre taza en mano. Cuando
abrieron la puerta le dijo:
̶ Aquí está la
taza para tu azúcar Cati Lantemué. Ella,
le sonrió pícaramente, lo aferró por el cuello de la camisa y lo entró al
apartamento.
Desde entonces nadie sabe de Juan Calalú,
pero en las noches se escucha el canto:
̶ Soy dulce como
el melao, alegre como el tambor, llevo el rítmico tumbao… ¡Azúcar!
La blanca nieve
El joven príncipe encontró el ataúd de
cristal entre la nieve, bajo la sombra del oscuro bosque. Dentro había una joven y tentado por su
hermosura abrió la caja. Con ambas manos
siguió la figura esbelta comenzando por el sedoso cabello negro que le caía por
los hombros. Las corrió por los brazos delgados y esbozó las caderas que se
insinuaban bajo el blanco traje. Las
presionó sobre los muslos fuertes y las piernas firmes hasta llegar a
sus pies descalzos. Con la mano derecha acarició
el contorno entre las piernas. Posó las
manos sobre los cúmulos de su pecho y le acarició la blanca piel del cuello con
los labios.
Final feliz
El Príncipe alcanzó el zapato y vio que
era muy pequeño, bonito y de oro. Lo levantó
hasta que pudo aspirar el olor del pie que lo había ocupado. Imaginó como sería besar ese pie perfecto, suave
y blanco, que nacía de un tobillo fino y caía en un talón redondeado y firme, para
levantarse en un arco alto, terminando en un abanico de dedos esbeltos y uñas
luminosas.
jueves, 13 de marzo de 2014
miércoles, 12 de marzo de 2014
martes, 11 de marzo de 2014
Haikú 70
Nunca vi el sol.
Los días encerrados,
un gran vacío.
Los días encerrados,
un gran vacío.
Etiquetas:
Haikú
Ubicación:
Greater Antilles
lunes, 10 de marzo de 2014
domingo, 9 de marzo de 2014
viernes, 7 de marzo de 2014
jueves, 6 de marzo de 2014
Levirato
Onán trató de
resistirse a la ley que dictaba que se casara con Tamar, la viuda de su hermano,
muerto por desagradar a Dios. El mismo Dios
que ahora requería que procreara hijos
con Tamar, hijos que no serían llamados suyos.
Llevado frente
al rabino, no tuvo mas remedio que aceptarla como esposa. De regreso a la tienda, mientras los
invitados celebraban afuera, Onán se desnudó.
Tamar lo miró y explotó en una gran carcajada.
Señalándolo
dijo: ̶ Eres igual que tu hermano.
Onán humillado se
vistió y ante el asombro de todos los invitados, se marchó sin dar
explicaciones. La próxima mañana encontraron a Onán muerto junto al pozo, igual
que su hermano. Los devotos repetían que fue castigado por desagradar a Dios. Los
demás conocían la verdad.
miércoles, 5 de marzo de 2014
lunes, 3 de marzo de 2014
domingo, 2 de marzo de 2014
sábado, 1 de marzo de 2014
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