Arropados por un cielo
plomizo, espeso y pesado
Somos una gris planicie,
sembrada de cauces secos
Ya no nos divide en norte y sur
la cordillera central.
Costas antes doradas
ya no se bañan en aguas azul zafiro
ni las protege el coral.
Solo queda un árbol, inmemorial.
Bajo su sombra se escucha rumorar
Roble, maga, tulipán.
Uva, almácigo, maguey,
Eucalipto, naranja, ilán-ilán
Algunos enloquecen
tratando de recordar
lo que entre hojas oyen susurrar
Yagrumo, úcar, flamboyán,
Casuarina, caoba, cupey
Frangipany, níspero, guayacán
Dicen que el árbol está embrujado
Cuajado de palabras ancestrales
Que no sabemos descifrar
Ortegón, marañón, anón
Guanábana, guamá, capá
No saben que es el árbol apocalíptico
el verde murmullo, eco del tiempo
Jacaranda, jobo, jasmín,
recita cada nombre mítico.
Lirio, lila, lima,
reza la última letanía
la historia de nuestro fin,
historia escrita entre
la bambúa y la peronía..
¿Qué hemos hecho del paraíso? Un abrazo...
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