jueves, 6 de marzo de 2014

Levirato

Onán trató de resistirse a la ley que dictaba que se casara con Tamar, la viuda de su hermano, muerto por desagradar a Dios.  El mismo Dios que ahora requería que  procreara hijos con Tamar, hijos que no serían llamados suyos.   
Llevado frente al rabino, no tuvo mas remedio que aceptarla como esposa.  De regreso a la tienda, mientras los invitados celebraban afuera, Onán se desnudó.  Tamar lo miró y explotó en una gran carcajada.
Señalándolo dijo:   ̶ Eres igual que tu hermano. 

Onán humillado se vistió y ante el asombro de todos los invitados, se marchó sin dar explicaciones. La próxima mañana encontraron a Onán muerto junto al pozo, igual que su hermano. Los devotos repetían que fue castigado por desagradar a Dios. Los demás conocían la verdad.

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